Tractor moderno con tecnología ISOBUS pulverizando cultivo de cereales en campo español con precisión milimétrica, símbolos de datos digitales flotantes
Publicado el marzo 15, 2024

Dejar de aplicar insumos «a manta» no es una opción, es una necesidad económica y ambiental. La clave es pasar de agricultor a cirujano de su propia finca.

  • La tecnología de aplicación variable (VRT) permite aplicar la dosis exacta de fertilizante o fitosanitario en cada metro cuadrado, basándose en el ADN real de su campo.
  • El retorno de la inversión es rápido: el ahorro en productos puede amortizar el equipo en 2-4 años, acelerado por subvenciones de la PAC en España.

Recomendación: Empiece por lo más sencillo y rentable: cree su primer mapa de prescripción para la fertilización nitrogenada. El ahorro es inmediato y el proceso le enseñará a «leer» su parcela.

Como ingeniero y propietario de una explotación, conozco esa sensación frustrante al final de la campaña: mirar las facturas de fertilizantes y herbicidas y saber que una parte importante de ese dinero se ha esparcido sobre zonas que no lo necesitaban. Es como dar la misma medicina a todos los pacientes de un hospital, sin importar su dolencia. Durante años, la agricultura ha funcionado con una lógica de «talla única», aplicando dosis uniformes que generan un desperdicio masivo, compactan el suelo innecesariamente y aumentan la carga química sobre el medio ambiente.

Las soluciones habituales se centran en comprar productos más eficientes o cambiar de proveedor, pero el problema de fondo persiste. Se habla mucho de agricultura de precisión, de drones y de satélites como si fueran soluciones mágicas. Pero, ¿y si la verdadera revolución no estuviera en la máquina, sino en el cerebro que la dirige? ¿Y si la clave no fuera aplicar más o menos, sino aplicar con una inteligencia quirúrgica?

Este artículo no es un catálogo de tractores nuevos. Es una hoja de ruta para que usted, el dueño de la finca, se convierta en el cirujano de su campo. Vamos a desmitificar la tecnología de aplicación a tasa variable (VRT), demostrando que no es un lujo para grandes corporaciones, sino una herramienta estratégica accesible. Le enseñaré a diagnosticar su parcela, a crear el plan de intervención (el mapa de prescripción), a ejecutarlo con la precisión de un francotirador y, crucialmente, a evitar los costosos errores de calibración que nadie le cuenta. Deje de ser un simple aplicador y conviértase en el estratega que optimiza cada euro y cada gota de insumo.

Para guiarle en esta transformación, hemos estructurado este análisis en un recorrido lógico, desde los principios básicos de la tecnología hasta las aplicaciones más avanzadas y el cálculo de su rentabilidad. A continuación, encontrará el mapa de este viaje hacia la eficiencia total.

De la recomendación al campo: cómo funciona la tecnología de aplicación a tasa variable

La aplicación a tasa variable (VRT, por sus siglas en inglés) es el corazón de la agricultura de precisión. Su principio es simple: en lugar de aplicar una dosis uniforme, un controlador en el tractor ajusta en tiempo real la cantidad de producto que libera el apero (abonadora, pulverizador, sembradora) según su posición GPS en la parcela. Esto permite ejecutar un «plan» o mapa de prescripción, que le dice a la máquina exactamente qué dosis aplicar en cada punto. El mercado global lo confirma: la tecnología de tasa variable superó los 4.000 millones de dólares en 2023 y se espera que crezca un 12% anual.

Para que esta comunicación entre el «cerebro» (el software con el mapa) y el «brazo» (el apero) sea posible, se necesita un lenguaje universal. Aquí es donde entra en juego el estándar ISOBUS. Piense en ISOBUS como el «USB» del campo: un único tipo de conector y un protocolo de software que permite que un tractor Fendt pueda controlar sin problemas un pulverizador John Deere o una sembradora de otra marca. Se acabaron las múltiples pantallas en la cabina; todo se gestiona desde el terminal del tractor.

«El objetivo de la conexión ISOBUS es estandarizar la comunicación entre tractores y aperos, de forma que estos sean plenamente compatibles.»

– Agroptima, Blog técnico sobre ISOBUS en maquinaria agrícola

La implementación de esta tecnología ya es una realidad tangible en España, donde los agricultores buscan maximizar la eficiencia de sus inversiones en maquinaria.

Caso de éxito: La interoperabilidad de ISOBUS en tractores Fendt en España

Fendt, una marca muy presente en el campo español, ha implementado con éxito el estándar ISOBUS en su sistema FendtONE. Esto permite que sus tractores se comuniquen sin fricciones con implementos de diferentes marcas como John Deere, New Holland o Trimble. El sistema proporciona una interfaz única donde el operador controla múltiples aperos sin necesidad de reconfiguración. El resultado práctico en explotaciones de Castilla y León o Andalucía es una reducción drástica de los tiempos muertos al cambiar de apero y una mejora de la eficiencia operativa, ya que el tractor «sabe» exactamente qué herramienta lleva enganchada y cómo controlarla con precisión.

Esta estandarización es la base que permite que la inversión en un tractor moderno se pueda amortizar con aperos de distintos fabricantes, tanto nuevos como antiguos, siempre que sean compatibles. Comprender este ecosistema es el primer paso para dominar la aplicación variable.

Cómo crear tu primer mapa de prescripción para aplicación variable en 4 pasos

Un mapa de prescripción es, sencillamente, una orden digital que le dice a su maquinaria la dosis exacta de insumo (semilla, fertilizante, fitosanitario) que debe aplicar en cada zona específica de su parcela. No es un dibujo, es un archivo de datos (normalmente en formato ISOXML o Shapefile) que el controlador del tractor puede leer. El objetivo es tratar las zonas de alto potencial de forma diferente a las de bajo potencial, optimizando el uso de recursos. En España, los estudios demuestran que la aplicación de mapas de prescripción puede generar una reducción del 10 al 30% en el uso de fertilizantes por hectárea en cereales de secano, y hasta un 40% en regadío.

Crear este mapa puede parecer complejo, pero se resume en un proceso lógico de cuatro pasos:

  1. Paso 1 – Mapeo del Terreno: El primer paso es entender la variabilidad de base de su suelo. Esto se logra mediante análisis de suelo georreferenciados (realizados por laboratorios españoles como AGQ Labs) o, de forma más avanzada, con sensores como el EM38 que miden la conductividad eléctrica del suelo para identificar texturas y capacidad de retención de agua.
  2. Paso 2 – Recopilación de Datos Históricos: El suelo no es el único factor. Debe superponer capas de información como mapas de cosecha de años anteriores (si su cosechadora los genera), imágenes satelitales (el famoso índice NDVI que mide el vigor de la vegetación) de los últimos 3-5 años, e incluso datos de altimetría.
  3. Paso 3 – Zonificación y Definición de Dosis: Con todos estos datos, se utiliza un software agrícola para delimitar «ambientes» o zonas de manejo homogéneas (típicamente de 3 a 5). Para cada zona, usted, como experto de su finca, define una dosis diferencial. Por ejemplo: más nitrógeno en la zona de alto potencial y menos en la loma más pobre.
  4. Paso 4 – Exportación y Validación: Finalmente, el software exporta el mapa en un formato compatible con su monitor. Una práctica de ingeniería crucial es realizar siempre una «franja de control» en la parcela (una pasada con dosis uniforme) para poder comparar y validar que su prescripción ha sido realmente efectiva al final de la campaña.

Para llevar a cabo la zonificación y creación del mapa, existen múltiples plataformas de software agrícola en el mercado español, cada una con sus particularidades. Es vital elegir una que sea compatible con su maquinaria y se ajuste a su presupuesto y nivel de conocimiento técnico.

Comparativa de plataformas de software agrícola disponibles en España
Software Características principales Compatibilidad ISOBUS Costo aproximado
Climate FieldView Mapas de rendimiento, siembra variable, análisis de suelo Premium
Auravant Gestión de labores, integración de datos multifuente Medio-Premium
MyEasyFarm Análisis de heterogeneidad, cálculo de costes por parcela Medio
Agricolus Mapeo de campo, monitoreo satelital, modelos predictivos Medio
SATIVUM Zonificación sin coste, mapas de dosificación variable Gratuito

El francotirador de las malas hierbas: la revolución de la pulverización selectiva

Si la aplicación variable de fertilizantes es una cirugía planificada, la pulverización selectiva es una intervención de emergencia con la precisión de un francotirador. Esta tecnología representa uno de los mayores saltos en eficiencia, especialmente en la gestión de barbechos o en pre-siembra. En lugar de pulverizar herbicida en toda la superficie, el sistema identifica las malas hierbas en tiempo real y aplica una microdosis de producto únicamente sobre ellas.

El funcionamiento se basa en sensores montados en la barra del pulverizador. Tecnologías como Weed-IT utilizan la fluorescencia de la clorofila: emiten una luz que excita la clorofila de las plantas; un sensor detecta la «respuesta» de esa clorofila y, si identifica una planta viva (una mala hierba sobre el suelo desnudo), activa la boquilla que se encuentra justo detrás. Este proceso ocurre a velocidades de hasta 25 km/h. Otras tecnologías como See & Spray™ de John Deere utilizan cámaras y algoritmos de inteligencia artificial para reconocer la maleza.

Sensor de pulverización selectiva Weed-IT detectando malezas individuales en campo de cereal mediante fluorescencia de clorofila, gotas de herbicida precisas

El impacto económico y ambiental es extraordinario. Según los fabricantes, la tecnología de pulverización selectiva basada en fluorescencia de clorofila permite un ahorro de hasta el 95% en productos fitosanitarios y un ahorro similar en el consumo de agua, al no tener que llenar la cuba constantemente. Esto no solo reduce costes drásticamente, sino que minimiza la deriva, la carga química en el suelo y el riesgo de generar resistencias en las malas hierbas. Es una herramienta ideal para el control de plantas voluntarias post-cosecha o para limpiezas de presiembra en cultivos como maíz, algodón o girasol.

La clave de estas tecnologías son las boquillas de modulación por ancho de pulsos (PWM), que pueden abrirse y cerrarse cientos de veces por segundo, garantizando que solo se pulverice sobre el objetivo, sin importar la velocidad del tractor. Es el fin de la era del «baño» de herbicida y el comienzo de la era del tratamiento individualizado.

La calculadora de la precisión: calcula el retorno de la inversión de la aplicación selectiva

Como ingeniero, sé que una tecnología, por muy impresionante que sea, solo es viable si es rentable. La pregunta fundamental es: ¿cuándo recupero la inversión? En el caso de la pulverización selectiva, el cálculo del retorno de la inversión (ROI) es sorprendentemente rápido y directo. La inversión inicial en un equipo de pulverización selectiva o en la adaptación de uno existente puede ser significativa, pero el ahorro en insumos es tan drástico que la amortización suele ser muy veloz.

Veamos un ejemplo práctico y conservador. Imaginemos una explotación de 1.000 hectáreas en España donde se realiza una aplicación de herbicida en barbecho con un coste medio de 30 €/ha. El coste total de la aplicación tradicional sería de 30.000 €. Ahora, supongamos que la infestación de malas hierbas real es de solo el 10% de la superficie. Con un sistema de pulverización selectiva, solo se aplicaría producto en esas 100 hectáreas infestadas. El coste del producto se reduciría a 3.000 €. Según el análisis comparativo en un caso real, esto supone un ahorro de 27.000 € en una sola aplicación. Con estos números, el coste de un equipo nuevo o de una adaptación se amortiza en muy pocas campañas.

«La inversión en sistemas de pulverización de precisión es una decisión estratégica que puede generar un retorno significativo a corto y largo plazo. Los productores que adoptan estas tecnologías no solo ven una reducción en sus costos operativos, sino que también contribuyen a una agricultura más sostenible y eficiente.»

– José Luis Lacy, Asesor comercial de Sustentap

Además del ahorro directo, hay que considerar los beneficios indirectos: menor impacto ambiental, reducción de la huella hídrica y, muy importante en España, la facilidad para registrar las aplicaciones en el Cuaderno de Campo Digital, que será obligatorio. Las máquinas de precisión registran automáticamente qué, cuánto y dónde se ha aplicado, ahorrando horas de trabajo administrativo. Este conjunto de factores hace que la decisión de invertir sea cada vez más clara.

El fallo de un milímetro que cuesta miles: errores de calibración en la aplicación de precisión

Podemos tener el tractor más avanzado, el mapa de prescripción más detallado y el apero más sofisticado del mercado, pero si la calibración no es perfecta, todo el sistema se desmorona. Un error del 5% en la calibración de una abonadora puede no parecer mucho, pero en una finca de 500 hectáreas, puede significar una pérdida de miles de euros al final de la campaña. La calibración es el eslabón, a menudo olvidado, entre la orden digital y la ejecución física en el campo. Es un fallo de un milímetro que puede costar una fortuna.

La calibración no es un acto de «una vez y listo». Debe ser un proceso recurrente, especialmente al cambiar de tipo de fertilizante, de lote de producto o al inicio de cada campaña. Los factores como la densidad, el tamaño y la forma del gránulo del abono, o la viscosidad y densidad de un fitosanitario líquido, afectan drásticamente a cómo la máquina distribuye el producto. Un error común es confiar ciegamente en los valores que vienen de fábrica.

Testimonio: El error de calibración que costó 4.500€ al año

Un jefe de taller de un concesionario agrícola en Castilla y León compartió uno de los errores más costosos que ha presenciado: un agricultor con un pulverizador de última generación aplicó durante tres campañas una dosis un 40% superior a la prescrita. El problema no era el mapa ni el tractor, sino una presión incorrecta en las boquillas que nunca se verificó. El resultado fue un desperdicio de insumos valorado en unos 4.500€ anuales y un daño fitotóxico visible en ciertas zonas del cultivo. La solución pasó por una calibración rigurosa y, sobre todo, por la formación del operador para que entendiera la importancia crítica de estas verificaciones periódicas.

Para evitar estos desastres silenciosos, es imprescindible seguir una rutina de verificación metódica. Aquí tiene una lista de puntos clave a verificar antes de empezar a trabajar con su equipo de tasa variable.

Plan de acción para su calibración de precisión

  1. Verificar revoluciones de la TDF: Confirme con un tacómetro que las revoluciones del eje de toma de fuerza (normalmente 540 rpm para abonadoras) coinciden con las especificaciones del fabricante del apero.
  2. Controlar ancho de distribución: Mida la distancia real de lanzamiento del abono usando bandejas colectoras. No confíe en el número del manual; el tipo de gránulo lo cambia todo.
  3. Validar respuesta del sistema de control: Pruebe que las variaciones de velocidad del tractor se reflejan correctamente en cambios de dosis. No debería haber un retardo de más de 2 segundos.
  4. Calibración de sensores: Si su equipo lleva sensores (como un N-Sensor), compare sus lecturas con las de una «franja rica» (con mucho nitrógeno) y una «franja cero» (sin nitrógeno) que haya creado en el campo.
  5. Prueba de uniformidad (Coeficiente de Variación): Utilice la norma ASABE S341.3. El coeficiente de variación de la distribución debe ser inferior al 10% en fertilizaciones de cobertera. Un valor superior indica un problema grave.

El diálogo en tiempo real con tu cultivo: cómo los sensores en el tractor ajustan la fertilización al instante

Hasta ahora hemos hablado de aplicar un plan predefinido (el mapa de prescripción). Pero, ¿y si pudiéramos ajustar la dosis de fertilizante no basándonos en datos históricos, sino en la necesidad real de la planta en ese preciso instante? Eso es exactamente lo que hacen los sensores de cultivo montados en el tractor. Esta tecnología establece un «diálogo» en tiempo real entre la máquina y el cultivo.

Sistemas como el N-Sensor de Yara o el GreenSeeker de Trimble funcionan montados en el techo de la cabina o en el propio apero. Mientras el tractor avanza, estos sensores emiten luz sobre el cultivo y miden la reflectancia en diferentes longitudes de onda (típicamente roja e infrarroja cercana). Con estos datos, calculan en tiempo real un índice de vegetación como el NDVI, que está directamente correlacionado con el contenido de clorofila y, por tanto, con el estado nutricional de la planta, especialmente su nivel de nitrógeno. El resultado es un ajuste instantáneo de la dosis de fertilizante: más en las zonas que lo necesitan, menos en las que ya están bien nutridas.

Sensor N-Sensor Yara montado en tractor midiendo índice NDVI en tiempo real, mostrando datos de nitrógeno en pantalla ISOBUS con gradiente de color representando necesidades nutricionales

La eficiencia de esta técnica es asombrosa. A nivel global, se estima que la eficiencia en el uso del nitrógeno en cereales es de apenas un 33% (es decir, dos tercios del nitrógeno aplicado se pierden). Sin embargo, estudios demuestran que el uso de sensores ópticos de cultivo puede aumentar esa eficiencia hasta un 50-65%. Esto no solo supone un ahorro económico considerable, sino una reducción drástica de la lixiviación de nitratos a las aguas subterráneas, un problema medioambiental grave en muchas zonas agrícolas de España.

Testimonio: Validación del sensor GreenSeeker con franjas de control

Un productor de trigo del Valle del Yaqui (México), una zona de alta tecnología agrícola, implementó el sensor GreenSeeker. Para ganar confianza en el algoritmo, utilizó el método de ingeniería de las franjas de prueba: dejó una zona sin nitrógeno (franja cero) y otra con una dosis muy alta (franja rica). Al pasar el sensor por estas franjas, pudo calibrar el sistema para las condiciones específicas de su campo y su variedad. Gradualmente, confió en las recomendaciones del sensor y logró reducir la dosificación de nitrógeno en un 20% manteniendo exactamente el mismo rendimiento de 8,5 toneladas por hectárea. El ahorro en insumos fue directo a su margen de beneficio.

Ahorro desde el aire: el impacto real de la aplicación selectiva guiada por drones

Cuando el terreno es escarpado, el suelo está demasiado húmedo o el cultivo ya está muy alto, el tractor deja de ser una opción. Aquí es donde los drones agrícolas entran en escena, no como un juguete, sino como una herramienta industrial de alta precisión. Su capacidad para volar a baja altura y aplicar productos con una exactitud centimétrica abre nuevas posibilidades, aunque su uso en España está estrictamente regulado.

Es crucial entender la normativa. Actualmente, la normativa de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) establece que la aplicación generalizada de productos fitosanitarios con drones no está autorizada, salvo en casos muy específicos y con permisos especiales. Sin embargo, sí está permitida la aplicación de bioestimulantes y otros productos no clasificados como fitosanitarios. Su uso principal hoy en día es para la toma de datos (imágenes multiespectrales para crear mapas de prescripción) y para aplicaciones ultra-localizadas.

Caso de Éxito: Drones en la «Viticultura Heroica» de la Ribeira Sacra

En los viñedos casi verticales de la Ribeira Sacra (Galicia), el uso de maquinaria terrestre es imposible. En septiembre de 2023, el proyecto ESCAI demostró la viabilidad del transporte de uva con un dron de carga. Un dron DJI FlyCart 30 transportó 60 kg de uva Mencía desde las laderas de la Finca Millara hasta la bodega en viajes de solo 3 minutos. Este éxito abre la puerta de par en par al uso de drones para tratamientos fitosanitarios de precisión en estas zonas inaccesibles, reduciendo el riesgo para los operarios y permitiendo un cuidado del viñedo que antes era impensable.

Más allá de la accesibilidad, el dron ofrece ventajas económicas y agronómicas claras cuando se compara con un pulverizador terrestre, especialmente si se contrata como servicio en lugar de comprar el equipo.

Análisis de costes: aplicación con dron vs. tractor convencional
Parámetro Pulverizador terrestre Dron agrícola (servicio alquiler) Ventaja
Coste por hectárea 12-18 €/ha 8-15 €/ha Dron en terrenos complicados
Compactación suelo Significativa (hasta 10 ton) Nula (sin contacto) Dron
Consumo fitosanitario 100% (uniforme) 60-80% (variable) Dron
Accesibilidad zonas escarpadas Limitada/imposible Total Dron
Tiempo (100 ha) 8-10 horas 4-6 horas Dron

Puntos clave a recordar

  • La agricultura de precisión no es comprar tecnología, es una estrategia de gestión basada en datos para tomar decisiones rentables.
  • El primer paso, y el más rentable, es crear mapas de prescripción para la fertilización, lo que puede ahorrar hasta un 30% de insumos.
  • La calibración no es opcional. Un pequeño error de ajuste en el apero puede anular todo el beneficio de la inversión en VRT y costar miles de euros.

El ADN de tu campo: la guía definitiva para la fertilización de ultra-precisión

Hemos recorrido el «cómo»: cómo funcionan las máquinas, cómo se crean los planes, cómo se ejecutan desde tierra y aire. Ahora, cerramos el círculo volviendo al «porqué» fundamental. La fertilización de ultra-precisión no es más que la culminación de todo este proceso: una estrategia de gestión que trata cada metro cuadrado de su finca como una entidad única, con su propio ADN, su propio potencial y sus propias necesidades. Es el abandono definitivo del enfoque «promedio» para abrazar la gestión de la variabilidad.

El Protocolo de Técnicas de Agricultura de Precisión (PTAP), una guía de referencia en España, lo define a la perfección:

«La agricultura de precisión es una estrategia de gestión que recoge, procesa y analiza datos temporales, espaciales e individuales para respaldar decisiones de manejo de acuerdo con la variabilidad estimada, mejorando la eficiencia en el uso de recursos, la productividad, la calidad, la rentabilidad y la sostenibilidad.»

– Protocolo de técnicas de agricultura de precisión para cultivo sostenible de maíz, PTAP – Guía oficial de buenas prácticas españolas

La base de esta estrategia es la delimitación correcta de las zonas de manejo o «ambientes». Este es el verdadero trabajo de ingeniería agronómica. No se trata de dibujar líneas al azar, sino de fusionar capas de datos para que cuenten una historia coherente sobre el potencial de su campo. La gestión diferenciada de ambientes dentro de parcelas ha demostrado un aumento de rendimiento del 5% al 15% en cereales, simplemente por asignar los recursos de forma más inteligente. El proceso para definir estas zonas es metódico:

  1. Análisis de Conductividad Eléctrica (CEa): Se utiliza un sensor como el EM38 para mapear la CEa. Este valor está relacionado con la textura del suelo, la salinidad y la humedad. Una CEa alta suele indicar suelos más arcillosos y fértiles, mientras que una CEa baja puede señalar zonas arenosas con menor potencial.
  2. Superposición de Históricos de Rendimiento: Sobre el mapa de CEa, se superponen los mapas de cosecha de años anteriores. Verá patrones que se repiten: las lomas suelen tener menor rendimiento de forma consistente, mientras que las hondonadas son más productivas.
  3. Integración de Imágenes Satelitales (NDVI): Se añade una capa más con el histórico de imágenes NDVI de los últimos 3 a 5 años. Esto confirma los patrones de vigor de la vegetación a lo largo del tiempo, identificando zonas que sufren estrés hídrico recurrente o que, por el contrario, siempre se muestran vigorosas.
  4. Definición Final de Ambientes: Al combinar estas tres capas (CEa + Rendimiento + NDVI), se obtienen de 3 a 5 zonas de manejo robustas y estables en el tiempo. A cada una se le asigna un objetivo de producción y, en consecuencia, una dosis de siembra y fertilización a medida.

Dominar esta técnica es como aprender a leer el código genético de su explotación. Es el paso final para dejar de ser un simple agricultor y convertirse en un gestor de recursos de alta eficiencia, capaz de tomar decisiones basadas en datos objetivos y maximizar la rentabilidad de cada hectárea.

Ahora que conoce el diagnóstico, las herramientas y la estrategia, el siguiente paso es pasar a la acción. Empiece por un proyecto piloto, elija una parcela, cree su primer mapa de prescripción y mida los resultados. La era del desperdicio de insumos ha terminado; la era de la cirugía de precisión en su campo no ha hecho más que empezar. Evalúe hoy mismo qué tecnología se adapta mejor a su explotación y empiece a transformar sus datos en rentabilidad.

Preguntas frecuentes sobre Cirugía de precisión en tu campo: el fin del desperdicio de insumos agrícolas

¿Cuál es el período típico de amortización de equipos de tasa variable?

Generalmente entre 2-4 años en cultivos de cereales, dependiendo del tamaño de la explotación y la variabilidad del terreno. En viticultura puede ser 3-5 años. Los ahorros en insumos suelen cubrir la inversión inicial.

¿Cómo afectan las subvenciones de la PAC al ROI?

Las ayudas de los Planes de Mejora de las Comunidades Autónomas o del PERTE Agroalimentario en España pueden cubrir entre el 30% y el 50% de la inversión en maquinaria de precisión. Esto acelera significativamente la amortización, pudiendo reducirla a 1-2 años en muchos casos.

¿Qué otros beneficios hay además del ahorro económico directo?

Además del ahorro en insumos, la maquinaria de precisión genera automáticamente registros detallados de las aplicaciones, lo que supone un enorme ahorro de tiempo administrativo para cumplir con la obligatoriedad del Cuaderno de Campo Digital. Otros beneficios incluyen un mejor cumplimiento de las regulaciones ambientales, una menor compactación del suelo y la mejora de la imagen de marca como productor sostenible.

Escrito por Javier Mendoza, Javier Mendoza es un ingeniero agrícola con 10 años de experiencia, especializado en la implementación de tecnologías de agricultura de precisión para optimizar el uso de recursos y maximizar la rentabilidad.